Existen patrones morales y que nos proporcionan seguridad en nuestra supervivencia, y patrones que nos limitan. Por ejemplo si vivimos en la ciudad, aceptar normas de circulación, cruzar segun los semáforos, en la familia muchas veces se transmite el respeto a los mayores, el tradicional beso de buenas noches, etc.
Mediante estos patrones establecemos reglas que ha veces no sabemos ni porque son, ya que la vida es dinámica y cambia constantemente. Lo que hace unoss años era válido ahora puede ser un estorbo en el día a día.
Los niños deberían conducir sus vidas de acuerdo a los dictados de su intuición, contrastándolos con lo adquirido culturalmente, es preciso liberar la energía ilusoria de que si seguimos las reglas, prohibiciones y mensajes recibidos nos querrán más, tendremos una vida mejor, o seremos buenas personas. Es preciso liberarse de toda esa mochila que interfiere y tiene como base las experiencias infantiles.
El salir de la ilusión es como salir de las nubes y ver un cielo claro y azul por primera vez. Nos hacemos libres y felices para dirigir nuestra propia vida.
