De niños tenemos la ilusión de los Reyes
Magos, pensamos que nos traerán todos los juguetes que pedimos y también a
veces la paz y el amor de nuestros mayores.
Crecemos y nos enteramos que los Reyes que
vemos en las calles, en la televisión son nuestros padres, entonces dejamos de
sentir esa ilusión por la magia. ¿Y si volvemos a creer en ellos? No como los
que nos van a traer móviles, ropa, etc. sino el descubrir la magia que todos
llevamos dentro y no nos damos cuenta.
Somos nuestros propios Reyes Magos, en
nuestro interior está la sabiduría del cuerpo y de la mente, tomar conciencia
de ello es algo mágico y a la vez lo sentimos lejano, hemos aprendido a desconfiar
de nosotros, de nuestro pequeño profesor interior, ese gran sabio que está
esperando que lo busquemos y lo hagamos consciente.
En la noche de Reyes podemos reflexionar,
meditar y pedir nuestros tres deseos, nuestros más apreciados tesoros. Para
cada uno serán cosas distintas porque somos seres distintos con necesidades
diferentes.
Creamos en el poder de nuestra mente y
crearemos la magia en nuestro interior.