Ha venido a mis manos un artículo muy interesante de unas investigaciones que realizaron M.Meaney (neurobiólogo) y Moshe Szyf ( biólogo molecular y genetista) sobre "epigenética conductual".
Ellos desarrollaron una hipótesis: si la alimentación y agentes químicos pueden producir cambios Epigenéticos (la epigenética estudia los cambios biológicos en el ADN) ¿es posible que experiencias como el estrés, el abuso de drogas o los malos tratos puedan producir cambios epigenéticos en el ADN de las neuronas?
Esta pregunta fue el punto de partida para un nuevo campo de estudio: la epigenética conductual.
Según este enfoque las experiencias traumáticas de nuestro pasado así como las de nuestros antepasados dejan una serie de heridas y huellas moleculares adheridas a nuestro ADN.
Podemos pensar que las experiencias de nuestros ancestros pueden modelar nuestra experiencia del mundo y nuestras experiencias modelen las de nuestros descendientes, no solamente a través de la herencia cultural y aprendizaje, sino también a través de la herencia genética.
El ADN no cambia propiamente, pero las tendencias psicológicas y comportamentales si pueden estar ahí a nivel celular y manifestarse en una o varias generaciones.
Desde este punto de vista, la Epigenética Cultural y las Constelaciones Familiares tienen puntos en común: la importancia de las experiencias y alteraciones de nuestros antepasados en nuestra vida actual.
Para sanar en lo profundo hemos de revisar el árbol genealógico y realizar cambios en lo profundo de su historia, desprendernos de la mochila que llevamos en la espalda. También es importante pensar que según sea nuestra vida y mochila así dejamos una herencia mejor o peor a nuestros descendientes.
PONGAMOS ORDEN Y POSITIVIDAD EN NOSOTROS PARA DEJAR UNA HERENCIA DIGNA.
