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lunes, 26 de marzo de 2018

CURAR EL NIÑO INTERIOR


CURAR  El NIÑO INTERIOR

“Los niños que no son amados por lo que son, no sabe amarse a sí mismos. De adultos tienen que aprender a cuidar de su niño perdido.     (Marion Woodman)

Los niños necesitan seguridad y amor, junto con buenos modelos emocionales para entender sus propias señales internas. Saber que son amados y aceptados por lo que son, unos niños, no solamente por si lo que hacen lo hacen bien, si son obedientes o no.  De pequeños aprendemos  como es el mundo y como son las personas, a través de los ojos de nuestros padres y adultos que nos rodean. En este aprendizaje influyen muchas cosas: lo que nos dicen, como nos lo dicen, el tono de voz, la mirada, si hay congruencia entre lo que dicen y como nos lo dicen, esto es, una palabra cariñosa con un tono de voz cariñoso.  No es congruente decir algo muy agradable o cariñoso cuando todo mi cuerpo demuestra enfado, en los gestos en la mirada, entonces enviamos  un mensaje doble y la criatura no sabrá cual es el mensaje válido y adecuado para su desarrollo  persona
A través de los estímulos, percepciones y mensajes recibidos, verbales y no verbales, configuramos inconsicentemente un sistema de creencias y estas creencias refuerzan nuestro Marco de Referencia y el Guión de Vida.  Aprendemos que  sentimientos, pensamientos o conductas son “adecuadas o buenas” para sentirnos bien y cuidados con el mundo que nos rodea (vivir condicionalmente) y   que es lo que no es “adecuado” y lo enterramos en lo más profundo de nuestro ser, lo repudiamos, lo convertimos en nuestra “sombra”.
Llamamos sombra a la suma de todas las facetas de la realidad que el individuo no reconoce en sí, y que descarta como propias.
La sombra nos angustia, nos hace sentirnos enfadados o tristes con nosotros mismos.  La sombra reprimida y encerrada altera nuestro equilibrio emocional, a su vez, estas emociones que no queremos  sentir alteran el equilibrio fisiológico de nuestro cuerpo.
Podemos sentirnos deprimidos, estresados, aparecen  síntomas que si no los escuchamos se convierten en enfermedad.
El  síntoma es una parte de sombra que se manifiesta en la materia, que valiéndose del cuerpo, reintegra la plenitud al ser humano “integra los dos polos de la persona: lo que reconocemos cono nosotros y lo que no queremos reconocer”El síntoma indica lo que nos falta.