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jueves, 17 de enero de 2013

COMPARTIR ES APRENDER DE UNO...

Cuando comparto mis ideas, experiencias y reflexiones con otras personas siempre salgo con la sensación de que he aprendido algo de los demás y de mi misma. Gracias a las personas que asistieron y me dieron la oportunidad de crecer.
El pasado lunes con la Conferencia sobre Creencias me pasó lo mismo, fue muy gratificante  ver el interçés de las personas en escuchar, en tomar notas y me estimula a continuar con la dinámica de las charlas en el barrio.
Aunque se trate de temas conocidos, utilizados por mi en terapia siempre tengo la oportunidad de verlos con otra mirada, con lo que oye la persona que escucha, cuestionarme a través de la persona que pregunta y esto me enriquece como persona.

Espero que sigan habiendo personas con deseos de escuchar y compartir, porque yo sigo en ello.


 

domingo, 13 de enero de 2013

SIEMPRE HAY TIEMPO PARA CAMBIAR

No existe edad para poder cambiar las cosas, podemos tener cuatro años como ochenta.
De niños cuando algo no nos sale bien probamos otras estrategias y lo hacemos de la forma más natural; de adultos esto nos cuesta, tenemos ya ideas preconcebidas de como hemos de hace, sentir, o pensar sobre tal o cual cosa o situación. Esto hace que nos resistamos al cambio, nos quedamos anclados en nuestra zona segura (aquella estrategia que en un momento dado nos fue útil) y da miedo ir hacia nuevos horizontes, incluso ha veces nos decimos a nosotros mismos: "Es que soy así y a mi edad ya no puedo cambiar".
Pensar así es una "falacia" es una excusa para evitar arriesgarnos y darnos cuenta de que no podemos lograrlo, el miedo a no ser capaz es muy paralizante, y tambien lo es  el miedo inconsciente al logro.
Me explico,  de pequeños nos decian una y otra vez que no éramos capaces y mamá o papá u otro adulto corría dispuesto a ayudarnos, esto queda como una sentencia sobre todo si venia de los padres, "ellos son los mayores y saben lo que me conviene, ellos me cuidan... etc. "  podemos estar con la creencia interna de que no podré lograrlo y además ¿Como voy a contradecir lo que decían ellos? con lo cual para ratificar que los mayores son los que saben y el niño interior que llevamos dentro era el que se equivocaba, nos saboteamos de forma inconsciente una y otra vez nuestra propia capacidad.