Enseñar a caminar a los pequeños también es compartir con ellos todo este proceso, siempre teniendo presente la edad y el ritmo de crecimiento emocional de ellos, con ese amor y ese respeto que he nombrado. No podemos negarles que descubran que las personas somos finitas, que crean que van a vivir siempre entre algodones.
Enseñarles a vivir tambien es educarlos en la realidad de la vida, y mostrarles que el simple hecho de vivir ya es maravilloso. Para hacer esto, muchas veces tenemos que reflexionar sobre nosotros mismos, revisar nuestros valores y creencias.. y entonces ellos SE CONVIERTEN EN NUESTROS MAESTROS.