Si no aprendemos a tomar y aceptar a los que nos dieron la vida, estamos limitando a nuestros descendientes a que nos tomen y nos acepten, limitando su libertad y sin darnos cuenta los encadenamos a seguir nuestro modelo. Alterando una pequeña pieza del puzzle de nuestra vida, hacemos que tampoco encajen otras y así sucesivamente... Antes de clasificar a nuestros hijos de desobedientes, rebeldes, hiperactivos, educados, etc. es importante mirarnos a nosotros mismos en relación a nuestros padres, y muchas veces resulta que el problema que sentimos con nuestro hijo/a es un espejo de nosotros mismos.
En nuestro interior además de padre o madre, seguimos siendo hijo/a