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miércoles, 20 de octubre de 2010

Educar en el amor y respeto a los padres

Para educar en el amor y respeto hacia los padres es básico hacerlo desde el corazón y con nuestro modelo. Si estamos enfadados interiormente con uno o ambos progenitores, si les hemos desterrado de nuestro corazón porque sentimos que no nos dieron lo que necesitábamos, inconscientemente nos sentimos huérfanos, seguimos enganchados en el recuerdo y la interpretación de la vivencia, seguimos sufriendo con heridas abiertas en lugar de sanar y cerrar la herida.

Si no aprendemos a tomar y aceptar a los que nos dieron la vida, estamos limitando a nuestros descendientes a que nos tomen y nos acepten, limitando su libertad y sin darnos cuenta los encadenamos a seguir nuestro modelo. Alterando una pequeña pieza del puzzle de nuestra vida, hacemos que tampoco encajen otras y así sucesivamente...
Antes de clasificar a nuestros hijos de desobedientes, rebeldes, hiperactivos, educados, etc. es importante mirarnos a nosotros mismos en relación a nuestros padres, y muchas veces resulta que el problema que sentimos con nuestro hijo/a es un espejo de nosotros mismos.

En nuestro interior además de padre o madre, seguimos siendo hijo/a