Siempre pensamos que la imaginación es cosa de visionarios, pero por mucho conocimiento que almecenemos en nuestra mente sin el poder de la imaginación somos como libros de páginas en blanco.
Usamos nuestra imaginación para crear nuestro camino, cuando nos imaginamos los pasos que necesitamos dar para alcanzar una meta, para emprender un negocio, para tener ilusión por la vida, por las cosas.
Cuando creamos una película en nuestra mente del proceso de algo que queremos realizar, en realidad ya estamos realizando los primeros pasos para conseguirlo. Este proceso lleva a la parte derecha del cerebro que recibe esa imagen de creatividad y luego entra en la parte izquierda que nos lleva a la lógica, y, a veces esta lógica nos impide conseguir nuestra meta. ¿Por que? porque empiezan los miedos, las dudas, los pros y los contras, perdiéndonos en todo ello.
Recuerdo un refrán escuchado en mi infancia: "La primera impresión es la que vale" esto lleva a la intuición. La atención, la intención, junto con la imaginación, nos permite tener intuiciones de por donde andar el camino. Puede suceder que no consigamos la meta, entonces, reflexionemos si esa meta es adecuada para nosotros y las personas de nuestro alrededor, en Programación Neurolingüística decimos si es Ecológica.
También puede suceder que no estemos en el momento adecuado, que nuestro Adulto, y nuestro Pequeño Profesor (el adulto en el Niño Interno o Intuición) esté contaminado y no discierne bien lo adecuado y conveniente para nosotros de lo ilusorio.
Para mi la diferencia radica entre tener imaginación y utilizarla de forma adecuada, proactiva y efectiva o dejarnos llevar por una ilusión diciéndonos que estamos imaginando los pasos para nuestro fin. Si nos metemos en la ilusión (el mundo de Maya) nos perdemos, no vivimos el presente y nos centramos en un futuro ilusorio, es como querer hacer una comida con ingredientes no adecuados o caducados.
