En estas fechas no solo los niños escriben cartas pidiendo juguetes y deseos, también los mayores en nuestro interior pedimos deseos (aunque no estén escritos) deseos, que ha veces se cumplen y a veces no, y yo me pregunto ¿lo que deseo es lo que necesita mi Ser más interno para desarrollarse y encontrar el camino hacia la paz y la plenitud?
Si por un momento nos sentimos como niños podemos darnos cuenta de la importancia del Amor, del que hemos recibido o del que hemos esperado y creemos que no lo hemos obtenido de la forma que queríamos.
Bert Hellinger ha desarrollado un método de trabajo donde pone de manifiesto la importancia del Amor, dice que “todo hijo actúa por amor” y como todos somos hijos o miembros de una familia, nos sentimos ligados por unos vínculos inconscientes de amor y lealtad a la familia o al sistema, Para sentirnos vinculados ese Amor necesita también de un Orden que nos proporciona nuestro lugar de pertenencia. Cuando buscando ese amor nos mantenemos en una lealtad ciega que hace que nos sintamos culpables o responsables de situaciones que pertenecen a generaciones anteriores, llegando a alterar los órdenes del sistema, entonces se pueden originar conflictos que nos impidan el flujo hacia el amor, la salud y el bienestar interno.
Las Constelaciones Familiares trabajan las dinámicas de esos vínculos inconscientes para restaurar el orden y que todos los miembros del sistema tengan el lugar que les pertenece con amor y respeto.
