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domingo, 1 de febrero de 2015

CONSTELACIONES FAMILIARES



 

EL SENTIDO DEL EQUILIBRIO FAMILIAR SISTÉMICO

Una de las formas de mantener el equilibrio dentro del sistema familiar, es a través de los “Órdenes del Amor” (Bert Hellinger). El primero de estos órdenes es:


 Vinculación o pertenencia

Al nacer tenemos  la necesidad de vinculación, que es la relación afectiva o vínculo  que el bebé establece con las personas que le cuidan y le dan seguridad emocional.

Nacemos vinculados a un padre y una madre, y éstos a su vez están vinculados o relacionados a un sistema familiar más amplio. La familia es el terreno donde podemos echar raíces, independientemente del tipo de familia de que se trate.  Al igual que un árbol no elige el lugar donde crecer, un niño cuando nace se integra a su grupo o familia sin cuestionarlo.
“Además de madre/padre, seguimos siendo hija/hijo y si tenemos asuntos pendientes como tal, no podremos hacernos cargo de nuestra función como padres”
Los estudios en primates y en bebés humanos demuestran el peligro del desarraigo maternal durante las primeras fases del desarrollo cerebral. La carencia o insuficiencia de relación emocional entre el recién nacido y sus progenitores (impronta filial), genera inhibición en el comportamiento, lagunas de afectividad y retrasos del progreso psíquico.
El niño depende de la seguridad de las formas de relación y las certezas del mundo de los adultos. El niño necesita amor, confianza y sobre todo coherencia y saber que tiene unos límites protectores.
La necesidad afectiva es la necesidad psicológica más importante de toda la vida.



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El apego responde principalmente a una de las necesidades humanas más fundamentales, la necesidad de sentirse seguro; es la base segura para poder explorar el mundo físico y social y también una forma de reconfortarse ante situaciones de ansiedad, tristeza o miedo.
Perder el vínculo significa perder la vida, por tanto, se adhiere a él, tanto si es de forma positiva como negativa, cuando tenemos la sensación  de haber transgredido alguna norma, nos sentimos mal y tenemos mala conciencia, entonces hacemos de forma inconsciente o consciente algo para restablecer el vínculo y la buena conciencia.

Los órdenes del amor que rigen en los sistemas familiares se hacen extensivos también a los niños, y son ellos justamente los que intentan llamar la atención sobre el equilibrio perdido del sistema mediante un comportamiento extraño o poniéndose enfermos.
Para los niños es importantes que los padres sean unívocos y consecuentes.  También es importante que los padres no se falten al respeto y uno no anule la prohibición puesta por el otro. Una buena forma de saber cómo son mis límites es darme cuenta de cómo se fijaron los límites en mi propia familia de procedencia.

Los niños simplemente aman sin límites.